Bonavena, José Saro Giorgetti, “Kid Tutara” |
En sus comienzos en el amateurismo revolucionó el ambiente deportivo local con recordados combates frente a Carlos Gombault, que se trasformarían en verdaderos “clásicos” para los aficionados, siendo mojón una noche de octubre de 1952 cuando 1.500 personas asistieron al Club Defensores de Quequén, donde Tutara hacía de local, para presenciar una sensacional pelea que los jurados definieron en un empate.
Lejos parecen esos años donde el boxeador era ídolo por lo que valía y mostraba dentro del cuadrilátero. Hoy, estamos más acostumbrados al show mediático y la infinidad de cinturones y títulos con dudoso valor.
Tutara supo hacerse un nombre y trascendió las fronteras del distrito a fuerza de triunfos y espectáculos. En 1956 dio el gran salto: en el estadio de la Federación Argentina de Box y luego en el mismísimo Luna Park, ganó el selectivo nacional de la categoría pesado para representar al país en los Juegos Olímpicos de Melbourne.
Su experiencia olímpica, la primera para un deportista de nuestra ciudad, no colmó sus expectativas perdiendo en su primer combate ante el sudafricano Bekker tras un apresurado fallo arbitral que lo dejó afuera por KO técnico en el primer round. Hubo reclamos, pero no fueron oídos.
De todas maneras, esa valiosa experiencia fue otro paso en su destacada carrera, como para otros que estuvieron en esos Juegos. Ocho de los diez púgiles que viajaron alcanzarían el profesionalismo.
En 1958, Tutara debutó en el campo rentado ganándole al veterano Mario Pérez por KO en el primer round en un combate celebrado en la ciudad de Mar del Plata. Luego llegarían victorias ante Juan Carlos Banegas, M. Díaz y S. Asus que le darían la chance de medirse con el campeón Rinaldo Ansaloni. En Mar del Plata, el 23 de enero de 1959, en un combate en el que no estaba en juego el cinturón de Ansaloni, Tutara vence al oriundo de San Pedro de manera categórica por KO técnico en el cuarto asalto dejando un valioso precedente para reclamar una pelea por el título argentino de los pesados.
Después de sumar más triunfos ante Díaz, Omar Kader y Roberto Del Blanco le llega por fin su oportunidad ante Ansaloni, ahora con el cinturón en juego.
El 27 de junio de 1959, en el Lina Park de Buenos Aires, Tutara vuelve a brillar con toda su potencia y se impone por KO en el primer minuto del segundo round para darle un título argentino inédito a Quequén y a toda su gente.
A la hora de las defensas, el 14 de noviembre de 1959 le otorga la revancha a Ansaloni en un Luna Park vestido de gala que vería otra vez una actuación demoledora y un combate que se definió en el primer round.
Tras otro triunfo ante Ricardo González, llegaría el final de una seguidilla impresionante de triunfos con un traspié ante Pablo Miteff.
En 1960 se midió en una recordada pelea con Luis Angel Firpo, pedieron por KO en la segunda vuelta.
El sábado 4 de agosto de 1962, en el estadio Bristol de Mar del Plata, Tutara es desafiado por el título por el azuleño Gregorio “Goyo” Peralta, que lo había vencido en abril en el mismo escenario. Con récord de público y taquilla, el festival culmina con 12 rounds intensos y la victoria para el desafiante sobre Tutara, cambiando de poseedor la corona. El pesado de Quequén había sido campeón durante algo más de tres años.
Luego vinieron algunas victorias más, especialmente la obtenida en el Luna Park frente al peruano Roberto Dávila, en una de sus mejores actuaciones como profesional. También llenan los recuerdos de los amantes del boxeo local aquellos combates con Oscar “Ringo” Bonavena, entre ellas una en el estadio Bristol de Mar del Plata donde el quequenense dejó el ring tras haber acusado un golpe bajo. Fue revisado en los camarines y se constató la infracción. Ganó Giorgetti por descalificación en la octava vuelta.
Tras su retiro, Giorgetti continuó viviendo de manera sencilla y hasta los últimos días trabajó como chofer de taxi en la ciudad en la que siempre vivió, compartiendo su rica historia de vida con amigos u ocasionales pasajeros. Nos dejó un 18 de marzo de 2004
El 27 de junio de 1959, en el Lina Park de Buenos Aires, Tutara vuelve a brillar con toda su potencia y se impone por KO en el primer minuto del segundo round para darle un título argentino inédito a Quequén y a toda su gente.
A la hora de las defensas, el 14 de noviembre de 1959 le otorga la revancha a Ansaloni en un Luna Park vestido de gala que vería otra vez una actuación demoledora y un combate que se definió en el primer round.
Tras otro triunfo ante Ricardo González, llegaría el final de una seguidilla impresionante de triunfos con un traspié ante Pablo Miteff.
En 1960 se midió en una recordada pelea con Luis Angel Firpo, pedieron por KO en la segunda vuelta.
El sábado 4 de agosto de 1962, en el estadio Bristol de Mar del Plata, Tutara es desafiado por el título por el azuleño Gregorio “Goyo” Peralta, que lo había vencido en abril en el mismo escenario. Con récord de público y taquilla, el festival culmina con 12 rounds intensos y la victoria para el desafiante sobre Tutara, cambiando de poseedor la corona. El pesado de Quequén había sido campeón durante algo más de tres años.
Luego vinieron algunas victorias más, especialmente la obtenida en el Luna Park frente al peruano Roberto Dávila, en una de sus mejores actuaciones como profesional. También llenan los recuerdos de los amantes del boxeo local aquellos combates con Oscar “Ringo” Bonavena, entre ellas una en el estadio Bristol de Mar del Plata donde el quequenense dejó el ring tras haber acusado un golpe bajo. Fue revisado en los camarines y se constató la infracción. Ganó Giorgetti por descalificación en la octava vuelta.
Tras su retiro, Giorgetti continuó viviendo de manera sencilla y hasta los últimos días trabajó como chofer de taxi en la ciudad en la que siempre vivió, compartiendo su rica historia de vida con amigos u ocasionales pasajeros. Nos dejó un 18 de marzo de 2004