Había nacido el 25 de junio de 1917 en la localidad de Las Toscas, en el norte santafesino, al poco tiempo se mudaron con toda la familia a Rosario, a la calle Dean Funes 438, corazón de la zona sur de la ciudad. Sus hermanos Domingo y Mario también comenzaron a boxear. Decidió identificarse como “Kid Noli”, para evitar confusiones.
El club Sportsman Boxing lo recibió en 1932. Comenzó a ser conocido. Sus presentaciones llevaban la adrenalina de la emoción y el nocaut. Como amateur hilvanó los títulos Rosarino, Argentino, Sudamericano, Panamericano e Internacional, éste último en Chicago, (Estados Unidos).
El año 1940 lo encontró como figura destacada del profesionalismo y aceptando pelear con quien le ofrecieran. “Siempre quise medirme con los mejores. Nunca elegí rivales”, aseguró años después Piceda.
Para tratar de describir a Piceda (que fue pugilista profesional entre 1939 y 1951), se puede agregar que alcanzó los umbrales de la perfección técnica en el paso de la defensa al ataque, algo que no es fácil de conseguir.
Elegante, ortodoxo y fino a la hora del esquive, se volvía insidioso y molesto al momento de la réplica, ya que cuando avanzaba lo hacía agazapado, pero moviéndose de lado a lado y haciendo cintura, dejando “de vuelto” varios ganchos y cross. Es decir, se balanceaba como si fuera un péndulo.
Piceda quedó definitivamente marcado en los anales del boxeo criollo al quitarle la condición de invicto, de manera magistral y fuera de toda discusión, al entonces ascendente y pujante Eduardo “Nocaut” Lausse, una de las promesas más serias de entonces. También conocido como “Zurdo”, Lausse contaba con 20 años de edad y llegaba precedido de una seguidilla de 17 victorias, 15 de ellas por la vía rápida. Tras doce episodios erráticos e imprecisos, Lausse debió escuchar cómo los jueces dictaban, a manos de un eximio estilista, el fin de su foja de servicios con cero derrotas.
El match tuvo lugar el 6 de diciembre de 1947, también en el Luna Park. Piceda, que estaba al borde del retiro, llevó a cabo una faena prácticamente ingobernable para Lausse, quien después de dicho descalabro mejoró de manera ostensible su boxeo, subió de peso y se convirtió en uno de los más grandes medianos que alguna vez cobijó Fistiana.
Entre el 20 de diciembre de 1939 y el 7 de abril de 1951, Amelio “Kid Noli” Piceda hizo un total de 66 peleas como púgil profesional, aunque hay que hacer la salvedad de que estuvo ausente del cuadrilátero durante los años 1948, 1949 y 1950.
Tras el regreso a la actividad, su registro final quedó en 48 peleas ganadas (3 KO), 4 perdidas y 14 nulos, entre los empates y los sin decisión. En su primer combate le ganó por abandono en la sexta vuelta a Enzo Rolla en Rosario.
En el último, realizado en Buenos Aires, superó por puntos en doce rounds al español José Alamo Medina. Fue campeón argentino welter entre el 12 de febrero de 1944, cuando le ganó a Guillermo López por decisión en quince episodios en el Luna Park, hasta el 14 de abril de 1949, cuando renunció al título.
Expuso y retuvo dicho cinturón en tres oportunidades, ante el excelente Mario Díaz, Domingo Archino y Guillermo “La Vieja” López, tres de sus más enconados oponentes (el otro fue Francisco Suárez, “El Expreso Payucano”). Sus vencedores fueron el propio Díaz, Archino, el chileno Antonio Fernández y Alfonso Senatore.
De todos supo tomarse desquite, excepto con el trasandino, puesto que primero empataron en Argentina y luego cayó derrotado en Chile. A Díaz y Archino les ganó dos veces a cada uno, mientras que a Senatore una. Con Díaz también tiene dos empates (pelearon cinco veces en total) y con Archino uno. Sus “ejecuciones” mejor logradas, por la calidad de los rivales, fueron las victorias contra el mexicano Kid Azteca (Juan Villanueva Páramo) y Eduardo Lausse. También se recuerda mucho su empate con otro as del boxeo como conjunción de esgrima y viril arte: el mendocino Antonio Lucero, más conocido como Kid Cachetada.
Fue concejal de Rosario y directivo del Sindicato de Trabajadores Municipales. Atrás quedó una rica historia que comenzó junto a su familia, escapándole a la explotación humana sin límite de la empresa británica La Forestal y al hambre y miseria que golpeaba a los laburantes en Las Toscas. Una calle lleva su nombre en el barrio rosarino La Tablada.
Amelio Piceda, símbolo de Rosario. Puesto a consideración de las nuevas generaciones. Recordando que alguna vez, Tito Lectoure en su homenaje, designó con su nombre uno de los torneos más importantes organizado por la empresa Luna Park.
Falleció en Villa Gobernador Gálvez el 3 de marzo de 1985 a los 67 años.
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