Con mucha presencia. Con mucha calidad y una frialdad digna de una campeona, Yésica Patricia Marcos se quedó con la unificación del título mundial supergallo de la Organización Mundial de Boxeo.
Si había alguna duda, la sanmartiniana sacó credencial de crack en un combate que fue el mejor que se ha visto en Mendoza en lo que a boxeo femenino se refiere. Todos los jueces vieron ganadora a la mendocina.
El puertorriqueño José Torres dio 98-91, el panameño Ignacio Robles 96-92 y el puertorriqueño César Ramos 96-92.
Con mucho coraje y una técnica depurada, Marcos fue mostrando que el título tenía que quedarse en el Este.
La sanmartiniana no se salió nunca de su libreto. No se prendió en el golpe por golpe inútil, algo fundamental. Es que siempre que sacó una mano, sabía lo que quería, mientras que su rival puso más ímpetu que boxeo. Se vio desbordada y no tuvo las armas para contrarrestar lo realizado por la mendocina.
Estuvo muy desordenada, pero igual mostró el coraje de una campeona.
El estadio era una caldera y eso era aprovechado por la mendocina para sentirse más firme. En la segunda parte de la pelea, el ojo de Julatón comenzó a mostrar las huellas de un ataque incesante y sus piernas comenzaron a sentir el esfuerzo.
Yésica, con la seguridad que le daba su gran actuación, fue dosificando sus energías y esperando qué hacía su rival.
Así se llegó al final esperado por todos. “Es una gran campeona. Demostró que está para más. Impresionante lo que hizo esta noche. Va creciendo pelea tras pelea”, aseguró su entrenador Martín Díaz al borde de las lágrimas.
Mientras, Marcos, quien sólo estaba preocupada por hablar con su gente, comentó: “Estoy feliz. Cuando en el noveno round me preguntaron como estaba, le dije a Martín que tenía aire para tres rounds más. Sabía que no podía perder. Ahora voy por el título de la AMB que está en poder de Jackie Navas”, cerró.
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