sábado, 11 de septiembre de 2010

EDUARDO LAUSSE


Fue sin duda uno de los grandes boxeadores argentinos que, mereciendo una chance por el título mundial, nunca le fue dada. Me refiero a Eduardo Jorge Lausse, Su campaña fue de 87 combates en el profesionalismo, habiendo ganado 75, empatando 2 y perdiendo los 10 restantes.
Por primera vez en el Bristol
Los aficionados marplatenses tuvimos oportunidad de verlo en acción por primera vez en el invierno de 1947, cuando era aficionado. Vino con un equipo del Gran Buenos Aires -él había nacido en Lomas del Mirador- y no sólo combatió, sino que esa noche fue segundo principal de todos los integrantes de su grupo. Lo recuerdo en el rincón, vistiendo tricota gris. Finalmente se despojó de esa prenda y subió al ring para animar la última pelea de la noche. En sólo dos rounds noqueó al marplatense Carlos Selva. Años después, ya profesional a comienzos de la década del '50, venía ganando en serie por fuerza de combate -de ahí el apodo de "K.O." Lausse- y en Bristol el sureño Livio Sosa le cortó la racha. Lausse debió conformarse con ganarle por puntos a un hombre hábil, especialista en enredar la pelea.
Sus duelos con Selpa
Los años '50 contaron en el boxeo argentino con púgiles peso mediano de primera línea. Lausse fue doble campeón: ostentó los títulos argentino y sudamericano. Y una noche en el Salón de los Deportes de Bahía Blanca en 1956 -cuando Lausse había regresado de Estados Unidos donde realizó cuatro campañas- se cruzó en su camino el recordado Andrés Selpa y le ganó por puntos en 10 rounds. Parecía imposible que ello hubiera ocurrido y se programó la revancha en el Luna Park, meses después y otra vez Selpa volvió a imponerse, ahora por K.O. en el décimo tercer round. Así "el Cacique" de Bragado se coronó doble campeón. Hubo un tercer combate entre ambos, en 1958, fuera de título y el fallo fue favorable al zurdo Lausse en pelea sólo discreta. El público, al terminar el combate le arrojó monedas a Selpa quien, ya sin los guantes, se dedicó a juntarlas y fue sancionado por la FAB. Con el marplatense Antonio Cuevas perdió en el Luna y luego se tomó revancha.
Un campeón sin corona
Volviendo a lo hecho por Lausse en los Estados Unidos, cabe consignar que realizó 15 combates y perdió sólo 2. Fue vencedor entre otros de Ralph "Tiger" Jones que venía de ganarle a Ray "Sugar" Robinson. Se dijo que el ganador tendría una chance ante el campeón mundial Carl Bobo Olson por el título, pero no le dieron esa oportunidad. También le ganó a Gene Fullmer, ex campeón, pero volvió a negársele una chance. Lausse fue, sin duda, el campeón sin corona.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

FRANCISCO UBALDO SACCO


Había nacido el 28 de agosto de 1931, en la ciudad de 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires. Radicado desde muy jovencito en Mar del Plata, vivió en el barrio La Juanita, y antes de ser boxeador fue ciclista, en realidad, su familia era de ciclistas, al punto que uno de sus hermanos, Oscar, corrió en veteranos hasta hace poco tiempo.




Comenzó a boxear en el club General Urquiza, en Tucumán y Rawson. Como aficionado fue un noqueador, pero ya como profesional se convirtió en uno de los pugilistas más técnicos. Tenía el físico ideal para la categoría mediano: alto, delgado, sin problemas de peso. Pero no tenía pegada de nocaut.



Figuró entre los mejores medianos de la década del '50. En la ciudad coexistían cinco de los seis grandes de la época: Sacco, Antonio Cuevas, Andrés Selpa, Tito Yanni padre y Rafael Merentino. El restante era el campeón argentino y sudamericano, Eduardo Lausse.



Ubaldo Sacco no llegó a ser titular nacional, pero durante toda su carrera como rentado (de casi un centenar de combates) estuvo entre los diez mejores medianos del país.



Peleó dos veces por el título y perdió en ambas. El 25 de mayo de 1957, en una noche histórica, por primera vez en el interior del país (Mar del Plata) se pusieron en juego en la misma velada los títulos argentino y sudamericano. En pelea a 15 rounds, Sacco llevaba ventajas hasta el 12º asalto. Pero la mayor fortaleza de Selpa le permitió noquearlo en el 15º y retener el título.



La segunda oportunidad fue en 1960, cuando perdió en 12 rounds por puntos ante Farid Salim, en el Luna Park.



Por aquellos tiempos, Ubaldo circulaba por Mar del Plata en una moto con Osvaldo Cañete cuando tuvieron un accidente que le dejó a Sacco secuelas en la cadera. Volvió a pelear, pero ya no fue el mismo, y se le notaban problemas para trasladarse en el ring.



Se retiró en junio de 1961. Su último rival, el rosarino Antonio Barrera. Al terminar el sexto round, Sacco regresó a su rincón con una pronunciada renquera, y su manager, el español José Martínez Falero, el "Tigre de Alfara", había decidido tirar la toalla. Sin embargo, esperó hasta el límite, y antes de iniciarse el séptimo, se produjo el aviso de abandono del otro rincón. Fue triunfo y retiro para Sacco, quien desde entonces se dedicó a la enseñanza.



Su pupilo más destacado resultó su propio hijo, "Uby" (quien el próximo miércoles 28 cumpliría 55 años).



Combatió con los mencionados "grandes" medianos de país, excepto Merentino, con los chilenos Loayza y Reynoso, los uruguayos Barreriro y Piriz Pintado y el italiano Tiselli.

martes, 31 de agosto de 2010

Abel Bailone nació en la localidad

de Almafuerte, Córdoba, en 1952. Comenzó

su carrera boxística como amateur

y profesional en la ciudad de Villa

Mercedes donde vive desde entonces

y donde popularmente fue bautizado

como “el Gringo” Bailone.

Su trayectoria de boxeador amateur

se extendió hasta finales de 1975,

con un total de 32 peleas. En 1974

obtuvo en la ciudad cordobesa de Río

Cuarto el título de Campeón Interprovincial

de Veteranos de la Categoría

Mediano.

En 1976 debutó profesionalmente

en la categoría medio pesado, en la que

obtuvo, el 12 de mayo de 1978, el título

Bailone, la vida sobre el box

de Campeón Argentino tras vencer al

boxeador Ramón Cerrezuela.

Defendió el título en cinco oportunidades

y le tocó enfrentar a noqueadores

invictos como Juan Domingo

Suárez, en importantes estadios como

el Luna Park de Buenos Aires.

En Asunción de Paraguay, el 22 de

junio de 1979 frente a Juan Espínola

ganó por Knock Out en el octavo

round y se consagró como Campeón

Sudamericano Profesional de los

medio pesados. Además retuvo el

título argentino durante cinco años

hasta que, en noviembre de 1982, un

desprendimiento de retina lo obligó a

renunciar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

INTERESANTE NOTA DEL PUGIL HECTOR VELAZCO

ANTE LAS REITERADAS SITUACIONES INJUSTAS PADECIDAS DESDE SIEMPRE POR LOS BOXEADORES, LA DRA MIRIAM ANDREA PERAL, ABOGADA, DIPLOMADA EN DERECHO DEL DEPORTE Y GERENCIAMIENTO DE ENTIDADES DEPORTIVAS, ESPECIALISTA EN DEPO ......RTES DE COMBATE, HA REDACTADO UN PROYECTO DE LEY QUE DA SOLUCION A TODAS NUESTRAS NECESIDADES Y NOS AMPARA LEGALMENTE.


PRINCIPALMENTE EL PROYECTO DE LEY TRATA DE INCORPORAR AL BOXEADOR COMO DEPORTISTA AL ORDENAMIENTO JURIDICO DE NUESTRO PAÍS, OTORGANDO BENEFICIOS COMO POR EJEMPLO: LEGALIDAD EN LA ACTIVIDAD LABORAL, IGUALDAD A LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES (OBRA SOCIAL, APORTE JUBILATORIO Y SEGURO DE VIDA), PENSION ESPECIAL PARA BOXEADORES RETIRADOS, PÓLIZAS PARA EL CASO DE ACCIDENTES DE BOXEADORES QUE QUEDEN IMPEDIDOS DE CONTINUAR TRABAJANDO (EJ: IGNACIO ARTIME); CONTRATACION DE PELEAS Y BOLSAS PERSONALMENTE POR EL BOXEADOR PARA EVITAR QUE SEA ESTAFADO, CUMPLIENDO EL MANAGER O PROMOTOR LA FUNCION QUE CORRESPONDE COMO MANDATARIO Y NO COMO DUEÑO DEL BOXEADOR; IMPORTANCIA DE BRINDAR A LOS BOXEADORES AMATEURS EDUCACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA, ADEMAS DEL ENTRENAMIENTO; DERECHO AL MÉDICO DEPORTOLOGO, NUTRICIONISTA Y DEMAS ESPECIALISTAS; EL DERECHO DE EXPLOTACION DE IMAGEN DEL DEPORTISTA, Y DEMÁS NORMATIVA AL VACÍO LEGAL EXISTENTE.

ES MUY IMPORTANTE PARA QUIENES ESTAMOS EN ESTA LUCHA QUE TODOS LOS DEPORTISTAS DEL BOXEO SE UNAN A LA CAUSA Y EXIJAMOS AL CONGRESO NACIONAL, TRATAR ESTE PROYECTO DE LEY PARA SU DEBATE Y POSTERIOR SANCION.

ENTRE TODOS PODEMOS!!! MUCHAS GRACIAS. HECTOR JAVIER VELAZCO

martes, 10 de agosto de 2010

CARLOS MONZON, EL MEJOR DE LA HISTORIA DEL BOXEO ARGENTINO

Nació el 7 de agosto de 1942 en el humilde barrio de "La Flecha" en San Javier, provincia de Santa Fe (Argentina). Su familia se instaló en la capital provincial, afincándose en el populoso barrio "Barranquitas". Pertenecía Monzón a una familia humilde, y para engordar la economía de los suyos siempre trabajó en lo que pudo, incluso de limpia botas en las calles. En su mente siempre estuvo despistar a la pobreza y darle a su familia una vida acomodada.

Carlos Monzón era descendiente de los "mocovíes", una tribu indígena que seguramente le proporcionó a su sangre un arrojo y determinación que forjarían al que iba a ser campeón del mundo del peso medio. Comenzó muy joven en el mundo del boxeo, y antes de pasar al profesionalismo consiguió un record como amateur de 73 victorias, 8 derrotas y 6 nulos. Su debut profesional se produce el seis de febrero de 1963 con una victoria por K.O. Continuó ganando combates hasta que en 1964 llegó su primera derrota a puños de Antonio Aguilar, también pierde otros dos combates de los que se ocupa de vengar enseguida. Después de este tropiezo encadena una serie de 80 victorias consecutivas.
En los primeros días de septiembre de 1966 vence por puntos a Jorge Fernández arrebatándole el título de campeón de Argentina del peso medio, le es demandada la revancha, y es en esa ocasión cuando se adjudicaría el título Sudamericano del mismo peso. El seis de mayo de 1967 hace nulo frente a Bennie Briscoe en una controvertida decisión, Briscoe era un durísimo púgil que se encontró con gente como Hagler y el propio Monzón, pero fue un hombre tremendamente peligroso sobre un ring. Después de varias victorias frente a púgiles extranjeros como Douglas Huntley, Harold Richardson, y Tom Vetea entre otros se gana por méritos propios el disputar el título mundial. El 7 de noviembre del 70 se enfrenta en el Palazzo dello Sports a Nino Benvenutti, "El Bello Nino".
"Cuando le clavé la mirada estaba pensando:'Esta noche te voy a matar' "

CARLOS MONZÓN, antes de pelear con Benvenutti.
El combate fue del argentino, dominándolo netamente hasta que en el asalto 12 lo caza con una derecha increíble que hace temblar Roma, proclamando campeón del mundo del peso medio por primera vez al "Gaucho de Hierro". Vence por K.O los siguientes tres combates antes de ofrecer al revancha a Benvenutti, hecho que sucede el 8 de mayo en Montecarlo, y Monzón vuelve a derrotar al ex-campeón por K.O en el tercer round. Después de esta victoria sucumben al gran campeón argentino, gente como Denny Moyer, pierde por K.O ante Monzón. Gana a Jean Claude Boutier, Tom Bogs...etc. El 11 de noviembre de 1972 vuelve a enfrentarse al temible Briscoe, en el Luna Park de Buenos aires, y consigue vencerlo por puntos después de 15 encarnizados asaltos. En 1973 vence a Emile Griffith, y Boutier.
Defensa victoriosa Carlos Monzón sobre Emille Griffit, ocurrió en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1971 ganó Monzón por K.O en el décimocuarto asalto.

En una velada organizada por Alain Delón en febrero del 74 destruye a "Mantequilla" Nápoles que decide abandonar en el séptimo round. Tony Mundine, Tony Licata, Gratien Tonna, Rodrigo Valdez caen ante en magnífico púgil argentino, que el 29 de agosto de 1977 anuncia su retirada, con 35 años, y un balance de 102 combates, nueve nulos y tres derrotas, todas a los puntos con 14 defensas del título mundial. A partir de ese momento la vida de Monzón toma un cariz más turbio, como si toda su gloria se terminara con su retirada del boxeo.

Intentó ganarse la vida con varios negocios, que se derrumbaron como aquellos rivales suyos sobre el ring. Debido a esta circunstancia contrajo importantes deudas, que unido a sus disputas domésticas con su esposa Alicia Muñiz, la madre de su hijo Maximiliano ayudó a que se gestara tragedia. El año 1988 fue acusado del asesinato de su esposa, a la que lanzó desde un tercer piso en Mar de Plata. En 1989, fue condenado a once años de cárcel. Después de cinco años cumplidos, el 8 de enero de 1995 fallece en accidente automovilístico a la edad de 52 años en Santa Fe, cuando volvía a casa para disfrutar de un permiso penitenciario. A pesar de todo Monzón fue y es un ídolo en su país, una persona queridísima que amó Santa Fe, y Argentina tanto como ahora lo quieren a él, una Santa Fe que sigue llorándole... Descase en paz el gran Monzón.

jueves, 5 de agosto de 2010

"NO FUE CAMPEON, NACIO IDOLO”


Se cumplió la profecía, como con el “Mono” Gatica, quién nunca fue ni campeón argentino ni sudamericano, pero que si fue elegido por el público como ídolo popular; este es el caso del formidable boxeador tucumano Horacio Agustín Saldaño, quién realizó como profesional 94 peleas, ganó 66, empató 15 y perdió 12. Saldaño fue el último ídolo popular, cada vez que combatió en el mítico Luna Park lo llenaba y debido a su bravura indefectiblemente siempre se bajaba del cuadrilátero ovacionado tanto por la popular, como por el ring side. Ganase o perdiese. Realizó combates espectaculares contra los brasileños Joao Merencio y Josué De Moraes, noqueó espectacularmente a su ídolo Ramón La Cruz y empató en gran batalla con Abel Cachazú el 17 de noviembre de 1973. Disputó el título del mundo el 14 de diciembre de 1974 en México, perdiendo por KO en el tercer round con José Nápoles, combate éste al que Saldaño se presentó lesionado en el hombro derecho, motivo por el cual fue una sombra de la “pantera”.El 15 de marzo de 1980 enfrenta a “Tito” Yanni en el Luna Park en la pelea más dramática y espectacular que presencié en mi vida, venciendo Yanni por nocaut técnico en el 6°round. Hubo revancha y la ganó por nocaut la “pantera” tucumana el 15 de noviembre del mismo año en el 4° round.

Su último combate fue el 8 de octubre de 1983 perdiendo por abandono con el recordado Uby Sacco, cerrando así Saldaño una estupenda carrera, donde alcanzó el mayor de los logros al que puede aspirar un boxeador. Fue ídolo, simplemente porque el público así lo dispuso.

miércoles, 4 de agosto de 2010

El Marinero de los Puños de Oro


Pedro Carrasco, el Marinero de los Puños de Oro, fue campeón de Europa de los pesos ligeros y superligeros, y campeón del mundo de los ligeros. Sus batallas, tres, con Mando Ramos paralizaron a España en su época. Su sangriento duelo con su enemigo nacional Miguel Velásquez es quizá la batalla más épica que se recuerde entre dos boxeadores españoles. Eran otros tiempos, cuando los boxeadores eran grandes estrellas. Y Pedro Carrasco fue quizá el campeón más popular y querido por los aficionados. Una de las imágenes que representan a la década de los sesenta es la de los marineros lanzando sus gorras al aire para celebrar el triunfo de su compañero Pedro Carrasco.
Su historial es impresionante: 110 combates y 105 victorias, con sólo tres derrotas y dos nulo. Nunca perdió con el título de Europa en juego y peleó seis veces por el cetro continental. Disputó tres veces el mundial, las tres con Mando Ramos. Pedro Carrasco nació en Alonso (Huelva) el 11 de julio de 1943. Fue el primogénito de Antonio Carrasco y Antonia García. Le bautizaron con el nombre de Pedro Juan. Su infancia transcurrió en la finca Majuelo, mitad ganadera, mitad agrícola, que poseían sus padres. Cuando Pedro tenía ocho años se traslada a vivir a Brasil a Sao Paulo. Junto a Pedro y sus padres también viajan los dos hermanos del futuro campeón: Ramón y Antonio. A los 14 años Pedro trabajaba en una fábrica de embalajes y empezaba a practicar sus dos deportes favoritos: el boxeo y el fútbol. Juega en el Corinthians y en el Atlético Moca. Pero lo que le gusta es el boxeo y se decide a pelear. Es un amateur espigado y larguirucho que gana el Campeonato de Sao Paulo y se enrola en un grupo de boxeadors que viaja a Italia junto a los italianos Togliatti y Libero Golinelli. Con 18 años llega a Italia. Pedro nos lo contó en muchas ocasiones: “Mi ilusión era residir algún día en España. Peleaba con furia. Conocí el hambre y la soledad hasta que conseguí viajar a Barcelona”. Había debutado como boxeador profesional en Italia el 24 de Octubre de 1962 venciendo por nocaut técnico en el 2° round al local Carlo Leggenda. Una vez en Barcelona inicia su carrera en España venciendo a Gomez Acebo , el 26 de noviembre de 1964. A partir de ahí la escalada de Pedro Carrasco es espectacular. Gana y gana combates. Es simpático, agradable y guapo. España lo acepta como su campeón. Pedro es un personaje en la España de finales de los sesenta. El 30 de junio de 1967 se proclama campeón europeo entre la euforia de miles de aficionados que llenan la Plaza de Toros de Las Ventas. Europa es suya. Nadie puede con él. En el 69 pelea con Miguel Velásquez en un duelo histórico. Y sigue escalando. Gana el europeo de los superligeros a Rene Roque y llama a las puertas del título mundial. Es el número uno. Sus tres batallas con Mando Ramos pertenecen a los sesenta. La primera acaba con una increíble descalificación de Mando por un golpe bajo, la segunda es en Los Angeles y los jueces dan la victoria a Mando cuando Pedro le dio una lección de boxeo. Y la última acabó con un claro triunfo de Mando. Entonces decidió colgar los guantes. Era febrero de 1972.

martes, 3 de agosto de 2010

Gardel, Tango y Boxeo, José Laurino


Osvaldo Soriano, que sueña con ser lo más original posible, se atrevió a escribir que "Gardel, muerto en Medellín, su repatriación fue una epopeya. Los uruguayos lo reclamaban, entonces los argentinos se lo robaron a los uruguayos y lo trajeron de noche, por las montañas. La historia está contada por quien lo trajo. Fue una novela. Ir de noche, llevando el cadáver de Gardel...". Si Ud. quiere creerle, hágalo, pero este señor es un gran fabulador, según lo desnudáramos ya en nuestro libro "Boxeo, arte, no ciencia", cuando desmentimos su invención de una pelea disputada por Ricardo González ("Gonzalito") "con un chileno que tronaba en el Alto Valle de Río Negro".


Al fin de cuentas, lo que menos le importa al mundo (en Colombia, en Cuba, en Estados Unidos, en Francia, en España y en todos los confines) es discutir dónde nació Gardel. Cuando un venezolano se emociona hasta las lágrimas cantando "Melodía de Arrabal", lo que menos le interesa es saber si el barrio plateado por la luna estaba ubicado en la ribera Norte o Sur del Río de la Plata. Para un puertorriqueño conmovido por la sonoridad impar de "El día que me quieras", lo único que está de más es saber si el protagonista, digno de un poema de Bécquer, vivía en Montevideo o Buenos Aires cuando proclamaba a voz en cuello, "cómo ríe la vida / si tus ojos negros / me quieren mirar".

Dejemos que las "novias de Gardel", como se las ha motejado, y con razón, sigan tirándose de los pelos por el cadáver del cantor inmortal, que a la hora de acercarse a un "ring" supo vibrar del mismo modo alentando al uruguayo Andrés Míguez, que por algo era llamado "El Príncipe de los rings" o al platense Julio Morocoa...

Cuando se disputó la final del campeonato mundial del 30, en Montevideo, Carlitos fue a cantar a las concentraciones de argentinos y uruguayos, sin hacer ningún distingo, como nunca lo hizo con ningún "compatriota", ya que para él no existían esos intencionados litigios que inventaron los que se sienten ultranacionalistas a la hora de decir que nació en Tacuarembó o lo hizo en Toulouse...

Más allá de esos accidentes impredecibles que marcan el nacimiento de cualquiera de nosotros (este cronista nació acá porque sus cuatro abuelos italianos confiaron en que hallarían paz y prosperidad en el Uruguay battlista ¡y no se equivocaron, como lo muestra el hecho de que cada uno de ellos adquirió luego carta de ciudadanía!) los seres humanos somos hermanos sin importar que uno haya venido al mundo en medio del río ancho como mar, como fue el caso del olímpico Liberto Corney u otro haya elegido vivir en Pergamino, como sucedió con el consagrado José María Flores. ¿En qué cambia eso el amor a sus semejantes, donde sea que se encuentren? Unicamente los que están siempre dispuestos a inmiscuirse en bizantinas polémicas que no conducen a nada (ni siquiera a vender libros) pueden proseguir con su estólida discusión, referente al sitio donde advino a este planeta un cantor que es universal hace medio siglo.
Una lágrima en la garganta
Contaba Roberto Mezzadra, ex boxeador y luego excelente ilustrador, que la noche que pelearon en el Parque Romano, en Buenos Aires, el "rusito" Jacobo Stern y el argentino Antonio Castroviejo, Gardel "hinchaba" por el primero, cuya bravura había motivado que lo llamara el "Dempsey argentino". Llegó a decir, en voz alta que ¡ya está listo Castroviejo! Agregó sin que nadie osara discutirle: "¡No hay nada que hacerle! ¡El rusito primero!

Muy cerca suyo, en el ringside, un escritor anónimo, Iván Diez, se atrevió a acercarse al Morocho del Abasto y cuando Castroviejo pasó a predominar, le dijo, tímidamente: "¿Vio, amigo, cómo se dio vuelta la tortilla?". Como quien no quiere la cosa, le alcanzó al cantor la letra de "K.O. de amor", que siempre llevaba consigo, musicalizada por Vicente San Lorenzo, que ambos habían dedicado al Dr. Raúl E. Lavista, presidente del Boxing Club San Cristóbal.

Poco después, el editor Héctor N. Pirovano lanzaba al mercado aquel disco "magistralmente grabado en discos Nacional por Carlitos Gardel", según dice la carátula de la partitura que nos obsequió un día Artiguitas Parma, con quien compartimos, en Montevideo, como con Jacobo Bernstein en Buenos Aires (antiguo adversario de Dogomar) la pasión por el "Mago" que cada día canta mejor. Sí, cada día canta mejor, aunque una noche "más fulera" que el rostro del contradictor, un melenudo cantor de protesta de esos que protestarían mucho menos si utilizaran más a menudo agua y jabón en proporciones iguales, haya lanzado la primicia: "¡No sé cómo dicen que cada día canta mejor, si está muerto!" (si lo oía, seguro que el "Invicto", como le gusta llamarlo al "Laco" Domínguez, le contestaba: "Otario que andás penando, el que está muerto sos vos").

Gardel, que fue amigo íntimo de Angelito Rodríguez, estuvo presente en el Teatro Casino de Colonia y Andes, en la medianoche del 12 de enero de 1918, cuando el ídolo de la Aguada puso k.o. en el primer "round" al bisoño argentino Luis Angel Firpo, que luego llegaría a pelear por el título mundial. Hablando con el historiador argentino Horacio Estol, Rodríguez evocó, emocionado: "Hombre... me acuerdo que esa noche, en el ringside, estaba Carlitos Gardel, del que era muy amigo. Firpo estaba fuera de combate y Gardel aplaudía".
Angelito, como Jorge Newbery, como el mismísimo general Perón, como el neurocirujano Raúl Matera, tenía la sonrisa gardeliana que no han dejado de privilegiar los caricaturistas que han universalizado el rostro varonil (que nos perdone el lenguaraz Expósito) desde Sabat hasta Perrone, sin olvidar a nuestro Horacio Guerriero. Todos eran "gente de boxeo", ya que Newbery se contó entre los introductores del boxeo en el de 1914, "el mismo día en que nos

enteramos del atentado contra el Príncipe Ferdinando, en Sarajevo". El general

contó alguna vez que "siempre cultivé con fanatismo el boxeo, pero en aquellos tiempos peleábamos a ciegas... No siquiera sabíamos vendarnos las manos... En una de esas (peleas) me rompí los puños... Todavía se me notan las jorobas en el dorso de las manos".

Una noche parisiense
En Montmartre, Gardel trabó amistad con el excepcional estilista cubano Kid Chocolate, que se había aficionado al tango luego que uno de los hermano Campolo le obsequiara "Rosas de
Otoño". Una noche, cuando actuaba en un cabaret de esos en los que el peleador habanero fue dejando su salud, le dedicó su actuación, luego de anunciar al público presenteque "esta noche tenemos con nosotros a un pugilista singular, uno de los nuestros, que se ha sabido abrir camino a puro coraje". De inmediato, el Kid (Eligio Sardinias, si se prefiere) se alzó de su silla y fue a abrazar al cantor que, como Jorge Luis Borges, sentía una simpatía especial por los guapos a los que cantó Edmundo Rivero en "Segundos Afuera".
Otros tiempos, y otros hombres, seguro. Entonces, una cantidad impresionante de los jóvenes que sentían al tango en sus venas, practicaba boxeo. Al caso, Cátulo Castillo, Alcides Gandolfi Herrero, Pedro Quartucci, Domingo Sciaraffia, Celedonio Esteban Flores... Su cariño por el duelo viril ensalzado por nada menos que Maurice Maeterlick en su perdurable "Elogio al boxeo" fue narrado de modo inmejorable por Francisco García Jiménez, cuando escribió: "pelearon dos ‘barras’, la de los taitas orilleros y la de los ‘mozos bien’. La legendaria fariñera versus el recién importado ‘boxing’. Y la ganó la trompada científica del hachazo primario. Hubo también algunos tiros, pero al aire".
Años después, el "Negro Cele" patentizaría su admiración (la de todos) por el cantor que murió en Medellín pero sigue más vigente que nunca, diciendo en "Corrientes y Esmeralda" que en esa esquina criolla "cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel".
No olvidó mencionar que junto a las ochavas de esa confluencia de calles rumorosas, "amainaron guapos, cuando un elegante los calzó de cross".
Hablaba del zurdo Jorge Newbery, que murió a los 38 años, arriesgando una vez más su vida. Dicen que murió con su sempiterna sonrisa, a la manera gardeliana y aunque los cóndores no pudieron verlo pasar, en su frustrado viaje a través de los Andes, nadie lo olvida.

lunes, 2 de agosto de 2010

EL "GORDO" GARCIA BLANCO EN EL RECUERDO

Fue el comentarista que el pueblo quería escuchar cuando acababan las peleas del Luna Park, en la madrugada del domingo. Fue el relator de los canillitas, de los burreros , de los asistentes al cabaret y de los tipos de la popular. Se transformó en la otra opción al análisis, fino e intelectual, que ofrecía otro notable: Ulises Barrera , casi en modo exclusivo para el ring-side e inmerso en un tiempo en el cual los grandes periodistas de boxeo protagonizaban clásicos especiales .


El Gordo García Blanco fue uno de los últimos registros del periodismo deportivo. Una marca propia. Indiscutible, comparable a la de Cacho Fontana , para preguntas y respuestas, o la de Mineral, para dar el favorito en la última carrera de Palermo.

Hombre de tablón y de polémica, formado en aquellos programas de discusión encendida, en los cuales la tribuna parecía caerse a pedazos. Comenzó aportando datos en la inolvidable "Polémica en el Fútbol" y luego, con el visto bueno de Juan de Biase, se largó solo y a desandar los caminos del boxeo.

Viajó en la caja de un camión a Rosario, tapado con una lona, para seguir al gran Cirilo Gil, en sus tiempos de hincha. La vida, su pasión y el periodismo le dieron, muchos años después, la gran revancha: se concentró casi un mes en el mejor hotel de Montecarlo, a la espera del choque entre Carlos Monzón y el colombiano Rodrigo Valdez.

Trabajó junto a los mejores y en los medios más importantes. La revista Goles, que lo tuvo como director, fue su suceso editorial y sus noches de Radio Rivadavia, junto a Osvaldo Caffarelli, lo consagraron en modo superlativo (en dicha emisora también fue compañero de José María Muñoz e integró el staff de la Oral Deportiva).

La pareja Caffarelli-García Blanco resultó una de las más importantes de la radiofonía deportiva. Era una combinación perfecta entre dos hombres totalmente distintos. Era como el agua y el aceite , pero sincronizados funcionaron de una manera perfecta. El Gordo García Blanco perteneció a una generación de notables periodistas de boxeo. Como Ernesto Misrahi, Julio Vila, Ernesto Cherquis Bialo, Emilio Ferés, El Sordo Fernández, preparados para todo en el ámbito del boxeo.

Su admiración por España, la tierra de sus padres, fue absoluta. Sus expresiones eufóricas por preguntar en cualquier calle de Europa por El Guito, un anónimo cantaor que sólo él conocía, lo transformaban cada vez que la geografía lo acercaba a esta tierra donde quiso morir y no pudo.

Fue un devoto del turf y los pingos . Recordado fue su relato en el Hipódromo de Palermo, cuando un caballo de su propiedad (Pelotari) se impuso en el Gran Premio Nacional de 1984 y gritó a los cuatro vientos: " ¡Ganó el mío... Muñoz!"

Fue un hombre de fútbol en tiempos finales. La confrontación de ideas fue su especialidad de sus últimas entregas periodísticas. Pintó a su manera los hechos más importanes del deporte argentino en los últimos 35 años. Soñaba con morir en España. Quizá, con una copa en la mano para dedicarle su historia a su ídolo, El Guito, en algún tablao . Nadie ocupará su lugar, ni expondrá a su manera. Se sentirá profundamente el silencio de su ausencia...


Efecto corralito

Rocío, la hija de García Blanco, en declaraciones a Canal 13 afirmó: "A mi papá lo mataron el cáncer y el corralito, porque no pudo sacar la plata que tenía ahorrada para operarse en España", dijo. El Banco Privado, donde el relator tenía su dinero emitió el siguiente comunicado: "El señor García Blanco tenía otorgado un crédito especial para girar en descubierto en su cuenta corriente por similar valor a su plazo fijo, y en similares condiciones respecto de los intereses. Es decir que el señor García Blanco podía disponer libremente de los fondos, y de hecho así lo venía haciendo, para sufragar los gastos que demandaba el tratamiento de su enfermedad".

domingo, 1 de agosto de 2010

EL PUGILISTA PIGÜENSE DEJO SU INVICTO EN ALEMANIA



Con sacrificio y mucho ímpetu, el Gaucho le presentó dura batalla al teutón Sebastian Zbik, quien se quedó con la pelea por puntos para continuar siendo el campeón mediano CMB interino.
El pigüense Sebastián Heiland (72,100 kilos) perdió ayer su primer combate mundialista y también su condición de imbatido al ser superado por el alemán Sebastian Zbik (72,300), campeón mediano CMB interino, en tierras teutonas, en un fallo unánime del jurado.

El argentino tuvo un muy buen desempeño en su primera salida al exterior, peleando valientemente, exprimiendo al máximo su condición física y poniendo en aprietos al boxeador alemán. Sin embargo, los jueces le dieron el triunfo a Zbik con tarjetas de 117-111, 117-111 y 116-111.

El Gaucho, nacido hace 23 años en la Cipolletti pero radicado desde muy chico en Pigüé, se subió al cuadrilátero del imponente estadio O2 World de Hamburgo con música folklórica de fondo, luciendo su boina y poncho característicos de la región a la que representa.

Desde los albores del duelo, el anfitrión se resguardó en una defensa cerrada y fue más certero de contragolpe, pero llegando al tramo final de la contienda, Heiland pasó al frente a toda máquina, castigando al alemán en su zona blanda y llevándoselo por delante para aventajarlo en el parcial.

Sin embargo, a Heiland le faltó claridad y variedad de golpes para quebrantar al teutón, quien luego de ese pasaje adverso recuperó el dominio de las acciones anticipando y manteniendo a raya al argentino, visiblemente exhausto.

El zurdo atacó hasta el último tañido de la campana, pero su momento ya había pasado y la decisión oficial reflejó la utopía que habría sido imponerse por puntos en ese escenario, aún lográndolo sobre el ring.

Ahora, el boxeador pigüense por adopción acumula 16 triunfos, ocho por la vía rápida, y un revés, mientras que el alemán sumó su trigésima victoria, diez de ellas antes del límite.

En el corto o mediano plazo, Zbik deberá unificar su reinado contra el monarca regular de la categoría, el quilmeño Sergio "Maravilla" Martínez.

Para Heiland, en cambio, será tiempo de barajar y dar de nuevo, luego de haber ganado en experiencia y probar que su boxeo está en altísimo nivel.