miércoles, 12 de agosto de 2015

Carlos Monzón sus increíbles anécdotas

Carlos Monzón es un personaje que sigue vivo en el corazón de los millones de amantes del boxeo en el país y el mundo . Y si hay alguien que puede hablar con conocimiento de causa y con riqueza de vocabulario sobre la carrera y la vida de Carlitos, ese es el periodista Ernesto Cherquis Bialo:
“Claramente fue el mejor campeón, el más grande campeón mundial que tuvo la Argentina”, opinó Cherquis. Y consideró que “Monzón llena todos los casilleros del gran campeón”.
El experimentado periodista hizo un relato del vínculo de Carlitos con los clubes de fútbol de Santa Fe: “Monzón era de Colón, pero lo hizo público recién cuando fue famoso. Cuando se inició, tenía que ir todos los días a entrenarse a Unión. Don Amílcar Brusa (histórico maestro de boxeadores) era de Unión y por eso Monzón salió muchas veces a pelear con pantalones o medias blancas y rojas”.
Y luego recordó que “cuando Monzón peleó con (Nino) Bevenuti, le dieron un pantalón negro con vivos rojos y se sintió feliz”.
Cherquis rememoró una anécdota imperdible en Santa Fe: “El 7 de agosto del 72, casi a dos años de ser campeón mundial y con cuatro defensas en el lomo, Monzón vivió una experiencia inédita en su vida: celebrar un cumpleaños”, dijo. “Cumplía 30 años e hizo una fiesta en el club Sirio Libanés de la ciudad de Santa Fe. Fuimos con Tito Lectoure y nos recibieron en formación al lado de una torta. «Es la primera torta de mi vida», me dijo”.
Esa jornada terminó con una anécdota imperdible: “A las dos y pico de la mañana salimos del salón y nos fuimos al hotel a descansar un poco y nos encontramos con un choque en la esquina. Se baja uno de los que chocaron y le dice al otro «animal, chocaste con un hermano de Monzón». Y el otro le responde «animal sos vos, chocaste con otro hermano de Monzón». Habían chocado dos hermanos de Carlos y no se habían reconocido”, narró Cherquis Bialo.
El periodista y vocero de la AFA apuntó que “los boxeadores no hacían stand-up, no tenían agentes de marketing”.
Ernesto Cherquis Bialo recordó con alegría el momento en que el entonces alcalde de París, Giscard d´Estaing, decidió entregarle un premio al mejor deportista del año a Monzón cuando el argentino fue a pelear a Francia. “Sólo había que cumplir con la formalidad y agradecerle al alcalde. Entonces le dijimos que sólo diga «merci beaucoup» (muchas gracias en francés). Estuvimos tres días tratando de meterle esa frase en la cabeza a Monzón para que no metiera la pata”.
“Llegó el momento, el alcalde de París que luego fue presidente de Francia hizo un discurso y le entregó una plaqueta a Monzón. Carlos enfrentó el micrófono y ante el silencio de todos dijo «pipí cucú». Nos tiramos todos de la silla”, remató Cherquis.

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